Intervención basada en Análisis Conductual Aplicado (ABA) y la Teoría del Marco Relacional
El enfoque ABA es un tratamiento empíricamente validado para niños con autismo y/o dificultades del aprendizaje. Se centra en enseñar nuevas habilidades y sustituir los comportamientos desadaptativos por otros más funcionales.
Los tratamientos son individualizados, adaptados a cada niño, puesto que cada niño tiene unas habilidades y aprende a un ritmo y de una forma distinta. La enseñanza se realiza en un ratio 1:1.
El efecto de la intervención basada en ABA en la mejora de los déficit del TEA ha sido documentado en cientos de estudios revisados, contando con más de 50 años de evidencia científica. El departamento de Salud y Servicios de EEUU lo reconoce como tratamiento de elección para el autismo. (United States Public Health Service, 1999).
La intervención se caracteriza por un ambiente positivo de enseñanza, centrada en la motivación del alumno y en el principio del reforzamiento positivo.
Durante las sesiones, todas las respuestas del alumno son registradas en la carpeta de datos del alumno para poder evaluar, de manera objetiva, el progreso de la intervención.
Intervención intensiva adaptada a las necesidades de cada niño.
¿QUÉ ES ABA?
ABA corresponde a las siglas en inglés de Análisis Aplicado de la Conducta. Las intervenciones basadas en el Análisis Aplicado de la Conducta consisten en enseñar aquellas conductas adecuadas a cada niño de modo personalizado, según sus características individuales; además de promover la generalización de estas conductas y reducir aquellos comportamientos no deseados. Para conseguir este cambio positivo en el comportamiento se emplean los principios y técnicas conductuales.
Algunas características del análisis aplicado de la conducta son (Baer, Wolf y Risley, 1957):
¿QUÉ ES LA TEORÍA DEL MARCO RELACIONAL?
La Teoría del Marco Relacional (RFT) es una aproximación analítico-comportamental al lenguaje y la cognición; se trata de una continuación de la propuesta de Skinner. Esta teoría nos muestra que los seres humanos no solo aprenden a través de experiencias de aprendizaje directas, sino también de forma indirecta relacionando estímulos.
Una vez que la conducta de establecer y derivar relaciones es aprendida, un número infinito de estímulos pueden ser relacionados, independientemente de sus propiedades formales, dadas las claves contextuales apropiadas.
Por ello, es importante durante la enseñanza el entrenamiento de las prerrequisitas para la equivalencia y el aprendizaje relacional que permite respuestas derivadas.
¿QUÉ ES EL CURRÍCULUM?
Antes de comenzar a trabajar con el niño es importante tener claro qué se va a enseñar. Para ello, se comienza realizando una evaluación exhaustiva de las capacidades del niño para poder, posteriormente, fijar los objetivos de la terapia. Estos objetivos fijados quedarán reflejados en un currículum personal adaptado a las necesidades de cada niño. Este currículum reflejará unas áreas principales como son: lenguaje, cognitiva o académica, social, autonomía personal y habilidades motoras.
Cuando se fija un objetivo a trabajar debemos asegurarlos de que el niño dispone de las habilidades previas (lo que llamamos pre-requisitas) necesarias para llevar a cabo la tarea. Por ejemplo, si queremos que un niño realice una tarea de imitación el niño tiene que mirarnos, tener las manos quietas, estar bien sentado… Si no tuviese esas habilidades previas, comenzaríamos por enseñarle estas para ir avanzando paso a paso. Además, es importante asegurarnos de que el programa que se le enseña al niño es adecuado para su edad, es una habilidad importante para el niño y su familia, facilitará la adquisición de otras habilidades más complejas y le ayudará a reducir problemas de conducta si los tuviese.
Áreas de intervención:
¿CÓMO SE TRABAJA?
Una vez fijados los objetivos de trabajo a corto y largo plazo es momento de comenzar a trabajar.
La forma de trabajo es uno a uno, es decir, hay un terapeuta para cada niño. Siempre que sea posible la terapia se llevará a cabo en el domicilio familiar y en aquellos contextos en los que el niño se desenvuelve. Esto facilita el poder trabajar programas exclusivos de estos entornos como podría ser, por ejemplo, ver la televisión bien sentado y en silencio, esperar mientras que los padres acaban de realizar una tarea, caminar de la mano de los padres, etc.
Como hemos mencionado anteriormente, se divide la tarea que el niño tiene que realizar en pequeños pasos y se van enseñando uno a uno, dándole las ayudas necesarias. Así, el terapeuta da instrucciones sobre la tarea o comportamiento deseado y, si el niño responde correctamente, el comportamiento se ve reforzado con una recompensa como elogios verbales, cosquillas, dulces, etc. De este modo el niño debe trabajar duro durante la sesión, pero las recompensas merecen el esfuerzo.
La enseñanza se realiza en los siguientes niveles:
Los padres son una pieza clave para el mantenimiento y la generalización de las conductas aprendidas. Por ello, todos aquellos programas que el niño va adquiriendo son enseñados a los padres para que puedan llevarlos a cabo en el día a día.
Los tratamientos son:
El trabajo realizado queda registrado en un cuaderno de registro y gráficas donde se pueden observar todos los avances del niño a lo largo del tiempo (semanal, mensual, anual).
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